Muchas personas se preguntan ¿por qué no puedo tener una relación amorosa exitosa, si atraigo y me siento atraído?
La respuesta no es sencilla, en ocasiones tanto hombres como mujeres, en sus primeros encuentros amorosos no son lo suficientemente hábiles y presentan discursos estereotipados o actitudes saboteadoras que no contribuyen para nada en que la relación incipiente se consolide.
Si usted se siente poco exitoso/a sería saludable que revise de manera consciente y con un buen estado de alerta, algunos aspectos tanto físicos, emocionales como de comunicación que le ayudarán a relacionarse de una manera más efectiva.
En primer lugar, cuide su apariencia personal, no olvide sus hábitos de aseo, un aliento fresco, un cuerpo desodorizado y una apariencia limpia, es una buena carta de presentación. En el caso de algunas mujeres, hay un afán de equiparar belleza con exuberancia en el vestir y en el mostrar, lo que hace que algunas personas del otro sexo las juzguen por la apariencia y las rotulen como “amiguitas” para pasar un buen rato. La idea es en lo posible mantenerse a la moda y no exhibirse como una atractiva mercancía.
Deje de lado su profesión u oficio, mantenga una comunicación franca y abierta, pausada y sin múltiples detalles, acerca de su vida personal, dosifique, no ponga todas las cartas sobre la mesa; un buen aire de misterio, ayuda a generar expectativas saludables. Mantenga una escucha activa, si tiene una postura diferente frente al discurso de la pareja, háblelo desde su YO; “yo pienso, en mi experiencia, yo creo, es mi opinión etc.” No asuma que usted debe liderar una relación, si le piden consejos o una opinión hágalo no juzgue las actitudes o experiencias de la otra persona. No dirija ni permita que lo o la dirijan por lo general estas actitudes de control lo único que generan son dependencia y terminan por afectar la relación.
Sean empáticos; Napoleón tenía una famosa frase “si quieres conocer a alguien metete en sus zapatos y anda su camino” no se aproxime a su pareja desde su necesidad, hágalo desde el gusto y desde la conveniencia, entendida esta última como la sensación de que esa persona es un magnífico ser humano que va a contribuir a que cada uno de lo mejor de sí mismo; por el contrario las estridencias, los dramatismos, o histrionismo exagerado, las pérdidas de control lo único que hacen es ahuyentar una buena posibilidad de vivir una relación con armonía. Recuerde que para muchos los tratos inadecuados, fuera de tono no solo son expresiones de violencia psicológica, sino que quedan grabados como sellos indelebles en la estructura anímica e impiden el desarrollo armónico de la relación.
Uno de los pilares fundamentales en toda escogencia y consolidación de pareja es la aceptación incondicional del uno por el otro. Es obvio que hay conductas que son inaceptables como, por ejemplo; las adicciones, las conductas de violencia o grandes trastornos mentales que impiden una armónica convivencia. La mal llamada incompatibilidad de caracteres es la imposibilidad que tenemos los seres humanos para aceptarnos en nuestras diferencias; por lo general amamos las cualidades del otro y rechazamos de manera visceral lo que consideramos defectos; ¿somos perfectos? Y si no lo somos ¿por qué pedimos perfección en otros? Todos los seres vivos tenemos grandes fortalezas y grandes debilidades y es deber de cada uno trabajar por su desarrollo.
La rabia, las expresiones airadas, las palabras groseras o expresiones ofensivas pueden en algún momento ser parte de las conductas de hombres y mujeres; sin embargo, la falta de control de los impulsos, el inadecuado y desproporcionado manejo emocional en una determinada situación, proyecta una imagen indeseable a esa persona a quien queremos impresionar, conquistar o conservar en una saludable relación. Lo mismo sucede cuando le transmitimos a la pareja, cargas afectivas o de estrés y las convertimos en el centro de atención de la relación. Las parejas están para compartir buenos y malos momentos; esto no significa, que la contaminemos con estados de ánimo tóxicos, ni pretender tampoco que todo sea un lecho de pétalos de rosa.
Sean Creativos
La rutina y la monotonía, dicen todos los expertos que trabajamos con parejas, es la tumba del amor, del interés, de las ilusiones. Sorprender a la pareja de manera ocasional, generando ambientes cotidianos, programas sociales, paseos, de acuerdo con las posibilidades económicas es una práctica saludable que le da movilidad no solo física, sino emocional y erótica a la relación. Los pequeños y grandes retos, el desafío a la rutina ayuda a darle una movilidad especial y a transformar la convivencia en una maravillosa experiencia. No se olviden nunca de los pequeños detalles son los cimientos y la estructura para construir una relación saludable.
Haga sentir a su pareja como especial y única.
En el mundo siempre encontraremos personas más inteligentes, más hermosas, con muchos y variados talentos y si los conociéramos más también identificar sus debilidades. Por eso es tan importante que independiente de las características de personalidad de nuestra pareja, tengamos la sensación de que es especial y particular, un ser humano irrepetible, que nos produce bienestar, goce y tranquilidad. Parte de los pequeños detalles de la cotidianidad es resaltar de manera intermitente las grandes o pequeñas cualidades que vamos encontrando en esa persona que consideramos es la apta para compartir. No hay que exagerar ni inventarse, ni atribuir cualidades que no vemos, recuerden el amor es transformador y el mejor estímulo para modificar actitudes y conductas cuando sentimos que somos amados.